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  • Misión: Liberar a Kirby en Japón

    Misión: Liberar a Kirby en Japón

    Sugerencia de escritura del día
    Cuenta alguna anécdota del viaje más lejano que hayas hecho.

    Mi único viaje largo ha sido a Japón. Era uno de mis sueños de la infancia-adolescencia, de hecho es el único que he llegado a cumplir. De adolescente soñaba con viajar por todo el mundo. Tenía un calendario del lidl con postales de todas partes que tenía colgadas en el corcho de mi habitación. Quería ir a Nueva Zelanda, a la India, a Tailandia, a Kenia… Pero a los quince años principalmente quería ir a Tokio y a Nueva York.

    Crecí viendo anime, con Yu Yu Hakusho, Fushigi Yugi, Utena, Ojomajo Doremi, Detective Conan… K3 era mi religión. Me tragaba todos los que echaban, si bien es cierto que recuerdo entre poco y nada de Sailor Moon y nunca he visto Dragon Ball. A los 15 años tenía clarísimo que quería ir, quería estudiar japonés y estaba enganchada a los vlogs de la vida en Japón en YouTube.

    Así que un día de abril cogí tres aviones con mis amigas y nos plantamos en Japón. Anécdotas hay muchas y creo que podría hablar largo y tendido de mis impresiones de este país, pero hoy nos centraremos en la aventura de una búsqueda a contrarreloj por un fallo de cálculo.

    Mi mejor amiga creció con Kirby. Le encanta Kirby. Tiene mil Kirby repartidos en su despacho. En Japón quería EL Kirby. Pensando que podría conseguirlo en Universal Studios no se lo compró en Tokio y su reacción cuando vio que allí sólo había cosas de Mario era algo tal así:

    Que sí, que es un problema del primer mundo, pero cada persona tiene sus ilusiones y a ella le hacía ilusión tener lo que llamaba «Kirby Gordo» sin terminar de pensar en cómo lo metería en la maleta, pero eso es otro tema. En Japón iba con cuidado con las proporciones de lo que compraba para no preocuparme por ese tema. ¿Que me pille peluches de Pokémon? Obviamente, pero tamaño mini.

    Nos quedaban dos días en Osaka y en Japón antes de volver a casa y mi mejor amiga no tenía su Kirby. Callejeando por Osaka encontró uno, pero no tan grande como quería.

    Así que nos plantamos en el último día y Caterina no tenía su Kirby gigante. Callejeamos un poco y entramos en uno de estos locales con máquinas con ganchos. ¿Y qué había dentro de una de esas máquinas que están trucadísimas? UN KIRBY. Así que su novio decidió darle al gancho y viciarse para intentar sacarlo. Empezó a echar monedas de cien yenes. Lo cogía, pero el gancho no aguantaba. Se acercaba al agujero, pero no aguantaba lo suficiente como para conseguirlo. Spoiler: Este intento salió mal, fatal. No lo sacó de ahí, pero no perdimos la esperanza. Al menos no del todo.

    Volvimos a la calle a disfrutar de nuestro último día en Japón. Pero claro, Tokio no es el único sitio petado de locales con maquinitas y caminando otra vez por Osaka, lo vimos. EL KIRBY. Más grande y bonito que el del otro sitio. Así que el novio volvió a la acción. A meter monedas como un poseso porque se había picado. Evidentemente, nosotras estábamos mirando el espectáculo, porque era un verdadero espectáculo ver como lo cogía, pero cuando llegaba arriba se desenganchaba como en el otro local.

    Estuvimos ahí un buen rato y cuando habíamos perdido toda la fe se nos acercó una chica que trabajaba allí y me preguntó: «Assistance?» y contesté con toda la seguridad del mundo un «YES», porque ese Kirby tenía que salir de allí. Kirby tenía que ser libre para poder terminar aplastado en una maleta con dos Flareon gigantes y llegar hasta Mallorca.

    Kirby en Mallorca.

    La chica abrió la máquina. Movió el Kirby muy estratégicamente. Ramon lo sacó al segundo intento y el Kirby se vino a Mallorca.

    He buscado y preguntado si alguien tenía fotos del momento Kirby, pero por desgracia no hay nada para ilustrar esto. Estábamos todas demasiado ocupadas y entretenidas viendo el proceso de liberar a Kirby. En eso consiste vivir y disfrutar el momento, ¿no? Olvidarse de los teléfonos y de todo lo que pasa a tu alrededor.

    En la maleta más tocho estaba el Kirby, acompañado de dos Flareon gigantes y más fritadas.

    A veces se me hace raro pensar que he estado en Japón, que me he tirado un montón de horas en aviones y aeropuertos para llegar. ¿Que da pereza todo el proceso de llegar? Sí, pero una vez estás allí y si estás con amigos pasan cosas de estas. Que os juntáis y veis como uno intenta sacar un Kirby gigante de una máquina con gancho y probablemente se deja más dinero en el juego de lo que cuesta el dichoso peluche.

    Este viaje dejó más anécdotas, como cuando nos equivocamos de camino en Kioto y terminamos subiendo una montaña. ¿Lo gracioso? No íbamos en chándal y no vimos monos agresivos, pero sí encontramos fans españoles de Sanderson, que firmaron en un libro de visitas junto a una cascada «Viaje antes que destino». Aunque para hablar de Japón, he de decir que el viaje lo hago para llegar al destino.

  • Eli Guez: «Don’t Blink es mi manera de intentar enseñar las virtudes del estoicismo y de la psicología

    Eli Guez: «Don’t Blink es mi manera de intentar enseñar las virtudes del estoicismo y de la psicología

    Sugerencia de escritura del día
    Entrevista a alguien, ya sea a un amigo, a otro bloguero, a tu madre o al cartero, y escribe una entrada con sus respuestas.

    Eli Guez (Nueva York, 1990) publicó hace casi un año su primer libro: Don’t Blink. Un libro escrito en inglés que habla de resiliencia, estoicismo y de superación personal a través de sus dos protagonistas.

    Más allá de las limitaciones percibidas de nuestra mente, se encuentra un mundo de pura libertad, donde todo es posible. Sogni: un paraíso donde los sueños se convierten en realidad. Markus y Carmen son dos almas perdidas en busca del sentido de la vida. Ambos se ven atraídos por la utopía virtual de Sogni. Entre sueño y realidad, deberán enfrentar sus miedos y descubrir que la clave del todo es el poder de cambiar. ¿Encontrarán la salvación en Sogni o se perderán por completo?

    Sinopsis de Don’t Blink, traducida al castellano.

    Háblame de tu libro, ¿de qué va Don’t Blink?

    De dos personas que escapan a un mundo virtual para evitar enfrentarse a su realidad, ambos tienen remordimientos que les pesan y no les dejan avanzar. Don’t Blink va de estar atrapado en el pasado, pensando en lo que hubiera sido tu vida, en vez de avanzar y crecer.

    ¿Qué destacarías de tu libro?

    Su estilo, la estructura y los cambios de perspectiva del narrador. Me parece original e innovador y sin que sea demasiado confuso. A veces hay autores que quieren romper el molde y al final es confuso.

    Si tuvieras que describir tu libro en una palabra, ¿cuál sería?

    Hostia, es buena pregunta. Cambio o crecimiento. Crecimiento más que cambio.

    ¿Por qué crecimiento y no cambio? ¿Por qué eliges una y no otra?

    Crecimiento me parece más positivo que cambio. Crecimiento no puede ser una palabra peyorativa, pero cambio sí.

    ¿Cómo surgió la idea de escribir Don’t Blink?

    Hace diez años intenté escribirlo. Estaba en un lugar un poco oscuro, pero creo que ese momento no tenía el enfoque ni el talento para escribir una obra. Como que no había andado ni vivido lo suficiente como para contar algo. Era más inocente en esa época. Cuando por fin crecí y cambié creo que ya era el momento para recolectar todos mis conocimientos y lecciones y juntarlo en una novela.

    ¿Está basado en hechos reales?

    No, Don’t Blink es mi manera de intentar enseñar las virtudes del estoicismo y de la psicología sin que sea un libro de estos de autoayuda, que suelen aburrir. Yo creo que si lees un libro en el que te implicas con el protagonista, lo ves vivir y crecer, esa evolución, tiene más impacto que el de uno que te dice que limpies tu habitación y pongas orden en tu vida.

    ¿Cuál es el mensaje que querías trasmitir?

    Es el poder de crecer a través de los cambios, aunque no todos los cambios lleven al crecimiento.

    ¿Crees que lo has logrado?

    Diría que sí.

    Originalmente está escrito en inglés, ¿tienes pensado traducirlo al castellano?

    Sí, para llegar a más gente.

    ¿Cómo me venderías Don’t Blink?

    Si tuviera que vendértelo sería un Swort Art Online meets The Midnight Library.

    Inciso: Swort Art Online, también conocido como SAO son una serie de novelas ligeras japonesas en las que los protagonistas se quedan atrapado dentro de un videojuego.

    The Midnight Library de Matt Haig, traducida en castellano como La biblioteca de la Medianoche, es un libro en el que se explora el ¿y si hubiera hecho x? de la protagonista.

    ¿Escribirías una secuela aprovechando ese mundo virtual?

    Creo que no. Para mí el libro no da para secuelas ni precuelas, creo que arruinaría el estilo. No veo la necesidad de hacer otro. Tal vez podría hacerlo más largo, como una versión extendida.

    ¿Tienes nuevo proyecto a la vista?

    Estoy escribiendo un libro de ciencia ficción. Va a ser más lineal, con una estructura un poco más clásica. Tengo previsto que esté listo a finales del año que viene.

    Don’t Blink está disponible en Kindle y en tapa blanda.

  • La destrucción en las pelis de superhéroes

    La destrucción en las pelis de superhéroes

    De la creadora de «En Skyrim no hay baños» y «El lado oscuro de Pokémon Esmeralda» llega a mikkihacecosas… La destrucción en las pelis de superhéroes.

    Ayer fui a ver la nueva peli de Superman (James Gunn, 2025) y a mitad de película empecé a darle vueltas a una idea, quizás porque en unas cuantas ocasiones valoraban los millones de dólares en daños por cosas. Me podría poner a hablar de la peli, pero hoy no es ese día, así que esto está libre de spoilers.

    Siempre ha existido la destrucción en las pelis de superhéroes. Intentad pensar en una en el que no se cargan coche o rascacielos y si se os ocurre alguna me lo ponéis en comentarios. En este tipo de peli el esquema es sencillo, ¿no? El universo, la tierra, la ciudad de Gotham están en peligro y hay un héroe o un grupo de héroes que la salvan, se enfrentan a villanos y los derrotan.

    Que conste que esto va tanto para Marvel como para DC.

    Los héroes son buenos, son los que salvan el mundo de todas las amenazas posibles, tiene una moral muy fuerte, hacen el bien. Los villanos son los que destruyen conscientemente, los que juegan, los que quieren poder y a los que les da igual destruir infraestructuras públicas y privadas para conseguir lo que quieren. Pero también hay que tener en cuenta un factor y es que no sólo los villanos destruyen edificios enteros y coches de gente normal, sino que los héroes también lo hacen, aunque no sea de forma consciente y voluntaria. Un poco de Maquiavelo con su «El fin justifica los medios» que se puede aplicar a héroes y a villanos. No pasa nada por destruir un bloque entero de viviendas sin tener en cuenta que hay gente normal que vive allí porque tanto como héroe como villano quieren ganar. Todos quieren ganar sin importar los medios o los millones que cueste reconstruirlo todo. Cualquier país o ciudad normal entraría en bancarrota, pero estos aguantan el tipo, reconstruyen para que una nueva amenaza se lo cargue todo de nuevo.

    En todas las pelis hay daños colaterales, un mal menor que en principio se tiene que aceptar porque el bien gana contra el mal, ¿no? ¿Que nos hemos cargado una manzana entera de viviendas o de oficinas? Bueno, es lo que hay porque ojo que hemos salvado la ciudad o el mundo y eso ya se tiene que agradecer. Lo importante es que el malo ha perdido y si te he visto no me acuerdo.

    The Avengers (2012) ¿Quién se responsabiliza de todo esto? ¿El gobierno? ¿Hay un fondo para daños colaterales en peleas héroes-villanos? ¿Que cada uno se busque la vida como pueda?

    Me da igual Marvel o DC, que conste. Imagina la situación: Tienes tu vida normal, el coche aparcado delante de casa. Te despiertas, pones las noticias mientras te tomas tu café matutino. Coges las llaves y sales para ver que tu coche, el que necesitas para ir a trabajar, está hecho una mierda, aplastado, porque por la noche ha habido una trifulca entre superhéroes y villanos. Daño colateral. ¿El seguro te lo cubre? ¿Se hace cargo el consorcio? ¿Cómo coño vas a trabajar? ¿Llamas a tu jefe y le dices «oye, que Batman se ha cargado mi coche en medio de una persecución y hoy llegaré tarde»? Porque en un mundo con tantas amenazas dudo bastante que los seguros se hagan cargo de todo esto. Vivir en Nueva York con tanto villano dando por culo tiene que ser una pesadilla. El villano destruye, el héroe también pero lo para… Peor os lo pongo, vivir cerca de Deadpool, que deja mucha destrucción a su paso, aunque éste es más antihéroe que otra cosa.

    Casi que me importa más la reconstrucción, la vuelta a la normalidad de la gente normal, víctima de daños colaterales, que otra cosa. Imagina que no has terminado de pagar la hipoteca y el edificio se desploma por x o por y. ¿Te quedas sin casa y pagándola? ¿Te perdonan la deuda? Empresas de construcción, fontaneros y electricistas se frotan las manos porque piensan en la caja que van a hacer. Porque las aseguradoras no cubren en caso de guerra, ¿pero en caso de conflictos con villanos sean o no terrestres crees en serio que te lo van a dar una ayudita? Y si el país tiene que dar ayudas también apaga y vámonos, que se habrá salvado el mundo, pero según el nivel de destrucción puede haber una crisis económica del copón del nivel de no nos habrá dominado (inserte aquí villano favorito), pero estamos en la mierda. A lo mejor ese es el verdadero objetivo de los villanos: la economía.

    Superman (2025).
    Superman es majo y con buenas intenciones, pero también deja mucha destrucción a su paso.

    PD: Volviendo a Superman, casi que me gustó más Man of Steel. He escrito todo esto con la bso puesta (viva Hans Zimmer). No voy a ponerme a comparar a Zack Snyder con James Gunn, cada uno tiene una forma de entender Superman. Tampoco soy aquí la más experta sobre pelis de superhéroes, pero sí fan de Superman de pequeña. Ojo, que me ponía la del 78 con Christopher Reeve.

  • El peor ghosting: el laboral

    El peor ghosting: el laboral

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué es de lo que más te quejas?

    En un año me han hecho más ghosting del que puedo recordar y lo que más me duele no sólo es el hecho de que la gente tenga cero responsabilidad afectiva y desaparezca de tu vida así por la cara (demasiado tonto en las aplicaciones), no. El ghosting que más duele es el laboral. Llevo medio año por lo menos queriendo escribir sobre el tema y sólo he tenido que pillar el famoso norovirus para pararme y hacerlo.

    Así que hoy en cosas que me sacan de quicio… EL GHOSTING LABORAL (y la misión imposible que de encontrar algo de tuyo que sea medio decente y permita que independizarte en un momento donde la inflación acabará con todos).

    Ofertas fantasma, procesos que se repiten o que desaparecen sin más de los portales están a la orden del día. De las últimas solicitudes de empleo dentro del mundo del marketing y de la comunicación (un poco irónico todo, comunicación), sólo cuatro empresas se han dignado a mandarme un email diciendo que no seguía adelante en el proceso o que no pasaba a la siguiente fase, pero que gracias por el interés mostrado. Sé que como yo habrá cientos de personas que también han aplicado a ese mismo puesto y que puede resultar pesado para los equipos de recursos humanos. Pero también es frustrante para el que está al otro lado.

    Trabajando me he encontrado con situaciones y con emails que eran repetitivos. ¿Y qué hacía yo? ¿Agobiarme por tener que contestar a mil emails pidiendo lo mismo? No, miraba lo que pedían, la disponibilidad que tenía yo y conforme a eso tenía una serie de plantillas para responder y tener tiempo de hacer otras cosas. Soy la que da los buenos días, te da las gracias por encima de sus posibilidades y te desea un buen día.

    Precisamente hoy, hablando con una amiga (hola Irene 😘) me ha vuelto a contar lo que le pasó. Le hicieron una entrevista telefónica y una prueba, le dijeron que la llamarían para programar una entrevista presencial. Fue un proceso larguísimo, un mes entre una cosa y otra, y después con el móvil en la mano, pendiente de una llamada que nunca llegó. Que eh, mandar un email es más fácil que llamar por teléfono. He de decir que me alegro de que al menos a ella le dijeran algo, yo recibí un silencio de la hostia. Lo más gracioso de todo es que hoy hemos visto que se ha vuelto a subir la misma oferta 10/10.

    Por no hablar de que para entrar dentro del proceso de selección a veces hay que hacer una especie de gincana (sí, se escribe así, buscadlo en el DRAE), una búsqueda del tesoro. Que si grabar un vídeo no sé qué, preparar una súper campaña. A invertir tiempo, como si el tiempo de los demás no tuviera valor y en realidad es lo más valioso que tenemos. Después están las ofertas donde quieres que hagas de todo a cambio de un sueldo desconocido o a media jornada. Que también os digo, a ver quien se puede permitir estar a media jornada en los tiempos que corren. Como no vivas con tus padres o tengas la casa ya en propiedad es misión imposible. Que el precio de los alquileres está por las nubes y ya no hablo de pisos enteros, sino también de habitaciones.

    Después estas empresas tan guays se llenan la boca con salud mental y ofertas con un lenguaje chupiguay, para terminar haciendo ghosting 👻.

    Navegando en las diferentes plataformas y llegados a este punto he bajado los mínimos. Me pongo contenta si llegan a leer mi cv y se lo descargan y no lo desechan al momento (infojobs lleva un año traumatizándome). Y diréis keywords, optimiza el currículum, hay que pasar los filtros de las ia… Y os contestaré que sí, que lo sé y que lo he hecho.

    También sé que mi cv no es para echar cohetes, pero al final es una pescadilla que se muerde la cola. Tienes poca experiencia y no te cogen porque tienes poca experiencia y quieren a alguien con más experiencia, ¿pero de dónde saco yo la experiencia? Porque estando graduada ya no tengo ni opción a convenios de prácticas y a mí como a tanta gente me pilló el covid en época de estudiante. ¿Qué quiere decir covid de por medio? Que no se ofrecían prácticas. Así que si quiero trabajar de lo mío tengo que pagar un curso para que me dé derecho a hacer prácticas curriculares y extracurriculares para poder llenar el currículum. Eso o tener una flor en el culo y tener suerte (o enchufe, pero lo del enchufe en el audiovisual da para otro post).

    Grax por leer mi desquicio. Después la gente se queja de que «los jóvenes sólo quieren ser funcionarios». Un poco con razón.

  • El lado oscuro de Pokémon Esmeralda

    El lado oscuro de Pokémon Esmeralda

    De la creadora del éxito superventas En Skyrim no hay baños llega a las mejores pantallas… El lado oscuro de Pokémon Esmeralda, una auténtica historia de terror para los entrenadores y para los Pokémon.

    Quien mas, quien menos ha jugado alguna vez a Pokémon, sea en la GameBoy, en la GBA, en la DS o en la Switch. Empecé a jugar a Pokémon con el Esmeralda. Región de Hoenn, iniciales muy monos y un mundo por descubrir. Parecía idílico a mis ojos de niña, pero analizándolo de mayor da que pensar y para mal.

    Imaginad la situación: Te acabas de mudar con tu madre a Villa Raíz, un pueblo a tomar por culo de todo lo interesante. Has viajado en el camión de la mudanza con todos los chismes. Tu padre no ayuda a descargar una caja porque está trabajando como líder de Gimnasio en Ciudad Petalia (se agradece que al menos en este juego exista la figura paterna y sea menos ausente que en los demás). Los que hacen el trabajo duro son Vigoroth (un poco de explotación laboral).

    Ese mismo día conoces al hijo o hija del vecino, que te dice que tiene que ayudar a su padre, el profesor Abedul, pero se planta delante del ordenador y se queda tan pancho.

    Cuando sales de su casa, a su padre le ataca un zigzagoon (con lo monos que son) y no te queda otra que tomar prestado un pokémon de la bolsa que tiene tirada en medio del camino. Eliges, te cargas al pobre zigzagoon y ¡premio! Ya eres oficialmente entrenador Pokémon porque te lo regala, así por la cara. Después te obliga, no te da otra opción, a que el Pokémon que te acaba de regalar se pegue con el de su hijo o hija. Aquí, fomentando la violencia.

    Aura o Bruno son majos, no son pasivo-agresivos y te van dando pista y ayudando por el camino. No hay pique en los combates ni te hacen bullying como Gary, el rival del Rojo Fuego o Verde Hoja.

    Si lo pensamos, hay un lado oscuro de la hostia. ¿A quién se le ocurre dejar a un crío sólo para que recorras el mundo? Que no llegas ni a adolescente.

    Dejas a tu madre sola en casa porque tu padre está demasiado ocupado con su trabajo. Ciudad Petalia no está demasiado lejos, pero hay que tener voluntad e interés, cosa que no tiene. Ya no vivirás con tu familia. A tu madre incluso le hace incluso ilusión que te vayas y su regalo de despedida son unas deportivas. No te puedes rebelar, no puedes decir que te quedas en casa porque quieres estudiar.

    Ahora el camino es tu hogar: Rutas infestadas de Pokémon salvajes que te paran cada dos por tres (va por ti Zubat), bosques llenos de bichos que dan por saco, nadadores quietos a mar abierto, esperando a que pases a lomos de tu Marill para retarte a un combate… La vida de este entrenador no es la más sencilla del mundo. Vayas a donde vayas quieren pegarse con tus Pokémon y no aceptan un no por respuesta.

    Aún siendo un crío tienes que enfrentarte a dos organizaciones terroristas que luchan por expandir la tierra y el mar: El Equipo Magma y el Equipo Aqua. Y ojo, no te lo pierdas, porque también te toca salvar el mundo porque estos terroristas han decidido que era buena idea despertar a Groundon y a Kyogre. Estos dos Pokémon legendarios solamente se estaban echando su siesta de chill en su respectiva cueva. Pero claro, los despiertan y se cabrean con motivo y, en vez de unir fuerzas y machacar al Equipo Magma y al Equipo Aqua, se pelean entre ellos en medio de una ciudad.

    Todo es un caos, el tiempo está más loco que nunca, olas de calor y danas a mansalva. Así que ahora te toca despertar a Rayquaza, el Pokémon legendario más tocho de la región, para que ponga orden entre esos dos que se pegan y evitar una hecatombe.

    Rayquaza pone orden y vuelve a dormir. Te dan la enhorabuena y hala, ya puedes continuar con tu vida. Ya te puedes enfrentar al último gimnasio Pokémon.

    Pero hablemos de la otra perspectiva, la de los Pokémon. Zigzagoon era un cachorrito que vivía con sus hermanos y sus padres. Era libre y se pasaba el día corriendo de un lado para otro. Un buen día, un colega suyo le reta: Tiene que morder al profesor Pesado en el culo. Pero aquello no se queda en un mordisco inocente, sino que se lo pasas demasiado bien persiguiéndolo mientras el profe llora desconsolado. Pero llegas tú, el jugador, y le paras los pies con el Pokémon que acabas de coger. Lo haces papilla y ahora el zigzagoon jura venganza. Lo que no se espera es que cuando lo vuelvas a ver no lo reconozcas y que pienses «ay, que mono, lo voy a coger con la Pokéball». Lo coges y el pobre bicho se siente atrapado, lo separas de su familia, de su hábitat, de todo lo conocido, para al final dejarlo en una caja dentro del ordenador porque no es lo suficientemente fuerte.

    Como zigzagoon, no son pocos los Pokémon que terminan arrojados en el ordenador, condenados al olvido hasta que el jugador se pasa la partida y se puede dedicar a entrenar estos pokémon. Ojo, que el fin es egoísta. El objetivo no es hacerse amigo del Pokémon y compensarlo por el tiempo que ha pasado encerrado, no. El objetivo es entrenarlo para que evolucione y así completar la Pokédex. Una vez haya evolucionado vuelve al ordenador o más bien la caja de los horrores.

    Después está el tema de la Zona Safari, parece una zona protegida, pero se están haciendo de oro a base de practicamente comerciar con Pokémon. En la teoría no los venden, pero sí venden Pokéballs para que puedas atraparlos. Ellos viven allí tranquilitos hasta que llegas tú y empiezas a separar familias enteras.

    ¿Qué vida les espera a aquellos que no son el Pokémon Inicial? ¿A aquellos que no son Rayquaza? Por no hablar de que cuando consigues un Ditto, su único cometido es procrear. Nadie les pregunta lo que quieren. ¿Quieres entrenar y luchar contra otros? ¿Quieres participar en concursos de carisma o belleza? ¿Quieres tumbarte debajo de un árbol y dormir un rato?

    Encerrados, abandonados en la guardería para que pongan huevos, utilizados de mano de obra para levantar cajas, obligados a pelearse unos contra otros por diversión de los entrenadores…

    La vida del entrenador no es fácil, pero la del Pokémon tampoco.