Sugerencia de escritura o no, llevo toda la semana pensando en volver a escribir y hablar sobre los rodajes. Lo más gracioso es que llevo toda la semana pensando que ese rodaje fue en 2021 y convencida de que hacía cuatro años (y no cinco) que no estaba en un rodaje.
La última vez que participé en un rodaje mi madre estaba viva y yo me sentía capaz aún de comerme el mundo. No había diagnóstico de cáncer o pastillas, vivíamos en una relativa normalidad y yo seguía teniendo mis sueños y ambiciones. En julio de 2020, recién salidos del confinamiento, rodé de noche y durante una semana un corto de un amigo que no ha salido a la luz. Lo más seguro es que los brutos estén abandonados en un disco duro en el fondo de un cajón, cogiendo polvo como mis guiones y mis intentos de novela. En ese corto hice un poco de todo, que si ayudante de dirección, que si script, que si ayudante de producción haciendo cafés (y bebiendo más de lo que debería) como una desquiciada porque es lo que tiene rodar de noche. Fue una de las últimas veces en todos estos años que sentí esa corriente, esa chispa que te toca cuando haces algo que te llena de verdad.

Pero esta semana he vuelto a sentir esa chispa, ese gusanillo al que le tienes que hacer caso porque aparece cuando conectas con lo que realmente te llena y te hace feliz. He estado en plató y en exteriores, ayudando en lo que buenamente podía y la verdad es que echaba de menos esto, echaba de menos rodar y sentirme viva de alguna forma.
En mayo ya asomó la cabeza, apareció como combustión espontánea cuando volví a escribir un guion y ahora dentro del curso de introducción a la dirección ha decidido que quiere quedarse conmigo. Esta semana he vuelto a rodar y, aunque estoy llena de inseguridades, quiero continuar haciéndolo. Aunque tenga un plan b sobre la mesa, porque siempre hay que tener uno, algo me dice que tengo que intentarlo porque ahora puedo. Llevo meses intentando conectar con la persona que era antes de que a mi madre le detectaran el cáncer y también de que muriera. Intentando conectar con esos sueños e ilusiones para poder ir saliendo del pozo. Un poco como Batman en The Dark Knight Rises saliendo del hoyo, aunque se la haya pegado una y otra vez y no pueda con su puñetera vida.

Han pasado cinco años y me sigue sorprendiendo y asustando la velocidad en la que pasa el tiempo. Aún así, me doy cuenta de que sigo con dudas y con la sensación de no ser suficiente. El problema también está en la comparativa, así que intento relativizar y no meterme caña porque he estado muchos años parada sin hacer lo que quería. ¿De qué me sirve compararme con gente que no ha tenido las mismas circunstancias que yo? ¿Cómo puedo comparar mi productividad si realmente he tenido un contexto que no me ha dejado ni intentarlo? Un poco con la sensación de que voy mal de tiempo, de que voy tarde y por lo que veo esto es más común de lo que puede parecer. Me sigo fustigando por tener miedo, por no haber superado cosas bastante chungas y por no ser capaz de dar más pasos hacia delante, aunque los esté dando. Volvemos a lo de siempre, a ser una perfeccionista con la sensación de que nada de lo que hago es lo suficientemente bueno.
Me doy cuenta de que el tiempo vuela cuando tienes la cabeza ocupada, cuando no tienes tiempo de pensar ni de ir al baño, cuando vas a contrarreloj intentando cumplir unos tiempos para que no se vaya todo de madre. Me ha pasado sobre todo estas últimas semanas, haciendo cosas sin pensar mucho en el futuro. Últimamente siento que vuelvo a estar en tercero de primaria, en educación física, esperando a que me elijan como una tonta y terminando la última porque soy el eslabón débil. Que eh, es lo que tiene saber un poco de todo y no ser especialista en nada, que una es prescindible.
Sigo llevando el duelo encima, aunque mi objetivo es sacarlo creando algo, escribiendo. Mi profe de crítica literaria ya lo decía, que en la vida te tienen que pasar cosas para crear. Será romántico, deprimente o como lo queráis ver, pero tiene un punto de verdad en empatizar, en trasladar unos traumas propios a un personaje y dotarlo de complejidad.
Así que bueno, quitando la intensidad de encima y el oversharing, cuando ruedo y escribo pierdo la noción del tiempo. Cuando creo y hago algo que me llena pierdo la noción del tiempo. Cuando me siento viva las agujas del reloj van más rápido.

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